

Sin embargo, para muchos este arte es nocivo, dañino y antiestético, concepción que tiene su origen en 1541 cuando un conquistador español de apellido Cortés llego a México y publicó un aviso que decía “Pared blanca, papel de necios.”
No obstante, en Colombia, los mensajes plasmados por los grafiteros no son más que una forma de expresión cultural que hace parte de la comunicación humana y desempeña un papel muy importante en la construcción de identidad citadina. Todos son mensajes con sentido que demuestran una posición definida frente a lo que los rodea.
En nuestra ciudad pluricultural este es un escape y una forma de mostrar su desprecio a esa incomunicación a la que muchas personas se ven sumidas.
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